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Preservación de la fertilidad en mujeres con cáncer de mama

La preservación de la fertilidad ha adquirido una importancia creciente en el abordaje de las pacientes jóvenes diagnosticadas de cáncer de mama. Este tumor, que afecta a una de cada ocho mujeres en las sociedades occidentales, se diagnostica en torno al 8% de los casos en mujeres menores de 45 años. Gracias al avance de los tratamientos oncológicos, la supervivencia a largo plazo es cada vez mayor, lo que hace fundamental considerar la salud reproductiva como parte del cuidado integral de la paciente.

Los tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia o la hormonoterapia pueden comprometer la función ovárica y reducir la reserva de ovocitos, por lo que es importante valorar las estrategias de preservación de la fertilidad antes de iniciar el tratamiento oncológico. En este contexto, la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), a través de su Guía Clínica sobre Cáncer y Reproducción, ofrece un marco actualizado de recomendaciones basadas en la evidencia científica.


Indicaciones y evaluación previa

La guía establece que la preservación de la fertilidad está indicada en mujeres con cáncer de mama en estadios I, II y III, y en aquellas portadoras de mutaciones BRCA1 o BRCA2. En estos casos, la decisión debe individualizarse considerando la edad, la reserva ovárica y el tiempo disponible antes de iniciar el tratamiento.

Se recomienda, asimismo, que el asesoramiento se realice en unidades de reproducción asistida con circuitos urgentes y coordinación con los equipos oncológicos, garantizando así que la planificación reproductiva no retrase el inicio de la terapia contra el cáncer.


Técnicas de preservación de la fertilidad

Vitrificación de ovocitos

La vitrificación de ovocitos es hoy en día la principal técnica de elección para las pacientes con cáncer de mama. Los protocolos recomendados incluyen el uso de antagonistas de GnRH junto con protocolos que permiten inducir la ovulación de forma controlada y con menor riesgo hormonal, gracias al empleo de fármacos como el letrozol, que reducen la exposición a estrógenos sin comprometer la eficacia del proceso.

Los estudios vigentes -entre ellos los metaanálisis de Rodgers (2016) y Bonard (2020)- demuestran que la estimulación ovárica no incrementa el riesgo de recidiva del cáncer ni la mortalidad, incluso en tumores hormonodependientes o en portadoras de mutaciones BRCA.


Criopreservación de corteza ovárica

Cuando la estimulación ovárica no es posible o el tiempo es limitado, la criopreservación de la corteza ovárica es una alternativa segura, ya que permite conservar tejido ovárico para su posterior reimplante una vez superada la enfermedad.


Uso de agonistas de la GnRH

Los agonistas de la GnRH pueden emplearse durante la quimioterapia para preservar la función ovárica y reducir el riesgo de fallo ovárico prematuro. Sin embargo, su utilización no debe considerarse una técnica de preservación de la fertilidad por sí sola, sino un recurso adicional o paliativo cuando las técnicas de criopreservación no son factibles.


El embarazo tras el cáncer de mama

La evidencia actual indica que la gestación después de un cáncer de mama no afecta negativamente al pronóstico oncológico. Los estudios no muestran un aumento en las tasas de recidiva ni de mortalidad, aunque se ha observado una mayor incidencia de parto prematuro y de bajo peso neonatal.

Se recomienda esperar al menos tres meses tras suspender el tratamiento con tamoxifeno antes de intentar el embarazo. Además, la SEF aconseja ofrecer consejo preconcepcional y un seguimiento obstétrico estrecho durante todo el embarazo.


Un abordaje multidisciplinar centrado en la paciente

El éxito de la preservación de la fertilidad depende en gran medida de la coordinación entre oncólogos, ginecólogos y especialistas en medicina reproductiva. La decisión sobre la técnica más adecuada debe tomarse siempre de forma conjunta, valorando el tipo de tumor, la urgencia terapéutica y las preferencias personales de la paciente.

En el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, la SEF recuerda la importancia de integrar la salud reproductiva en el tratamiento oncológico. La posibilidad de ser madre en el futuro no solo representa un logro médico, sino también una forma de esperanza y continuidad de vida para las mujeres que superan el cáncer.

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