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Consenso sobre el impacto de la obesidad

Consenso científico sobre el impacto de la obesidad en la salud: “Es necesario frenar esta enfermedad y abordarla de manera interdisciplinar”

La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) junto a otras cinco sociedades científicas españolas, han redactado un informe con el objetivo de incidir en el impacto de la obesidad sobre la fertilidad, tanto masculina como femenina. Asimismo, el documento establece la necesidad de un abordaje común de la enfermedad y acciones coordinadas entre los distintos especialistas.

Entre las sociedades científicas adscritas al documento se encuentran también la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), la Asociación Española de Urología (AEU), la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Sociedad Científica Española de Dietética y Nutrición (SEDYN).

La obesidad supone un gran desafío para la salud pública. De no frenar esta tendencia epidémica, se estima que en 2030 aproximadamente el 30% de los adultos españoles tendrá dicha afección.

“Es necesario frenar esta enfermedad y abordarla de manera interdisciplinar, y así actuar desde la prevención, informando sobre cómo evitarla y advirtiendo de las consecuencias, así como en materia terapéutica, poder tener una fotografía común del estado del/la paciente para determinar su tratamiento en cada momento de la vida, entre ellos el reproductivo”, explica la Dra. Sonia Lobo, ginecóloga coordinadora del Grupo de Interés de Endocrinología Reproductiva de la SEF, que ha participado de forma activa en el alcance del consenso médico y científico.

La obesidad tiene muchas comorbilidades asociadas pudiendo ser incluso la causa directa de otros trastornos. En lo relativo a salud reproductiva, los científicos estiman que duplica la probabilidad de padecer infertilidad.

Obesidad e Infertilidad femenina

En mujeres, el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo establecido debido a su asociación con ciclos irregulares y anovulación. Pero, además, investigaciones previas han demostrado que la probabilidad de embarazo espontáneo decrece de manera lineal para Índices de Masa Corporal (IMC) superiores a 25.

“El sobrepeso afecta a la fertilidad, se calcula que, por cada unidad de incremento del IMC a medida que sobre pasa el rango de peso ideal, la posibilidad de embarazo espontáneo disminuye un 5% cada año”, puntualiza la Dra. Lobo. “Además, el aumento del IMC tiene un efecto negativo en la fertilidad al agravar distintos aspectos reproductivos y metabólicos de pacientes con síndrome del ovario poliquístico (SOP)”, añade la especialista.

Aunque tanto la fertilidad de hombres como la de mujeres se ve afectada, en el caso de las mujeres es más frecuente y rápido de detectar debido a las mencionadas alteraciones en el ciclo menstrual. Por este motivo, la cita con el ginecólogo es un momento clave para tratar de derivar a la paciente al médico de familia o endocrinólogo o nutricionista que pueda establecer un tratamiento coordinado. Idealmente, una actuación mejorada incluye acciones de prevención temprana, por tanto, también es importante que se establezca un plan preventivo en mujeres con sobrepeso.

Obesidad e infertilidad masculina

La obesidad en varones condiciona su fertilidad a distintos niveles. Por un lado, se relaciona con una mayor frecuencia de disfunción eréctil y, por otro lado, la calidad seminal también parece verse afectada.

“Los varones con obesidad presentan unos niveles menores de testosterona en sangre y su temperatura escrotal aumenta, lo que aumenta también la producción de radicales libres en el semen y ocasiona daños en el ADN espermático”, aclara la especialista. Esto explica que la obesidad en el varón se traduzca en una mayor prevalencia de oligozoospermia y de atenozoospermia. No obstante, todavía son necesarios estudios más robustos y concluyentes.

Obesidad y tratamientos de reproducción asistida

La obesidad parece afectar negativamente a los tratamientos de reproducción asistida.
Durante el tratamiento, las pacientes con obesidad necesitan dosis hormonales mayores o más prolongadas en el tiempo para una correcta estimulación ovárica, siendo aun así más elevada la tasa de cancelación por respuesta ovárica inadecuada.

El porcentaje de mujeres con sobrepeso u obesidad que recurren a técnicas de fecundación in vitro corresponde aproximadamente al 23% de los tratamientos.

Según datos de la Society for Assisted Reproductive Technology (SART), el mayor IMC se traduce en un menor número de ovocitos recuperados y una peor calidad de los embriones. Las tasas de fecundación e implantación también disminuyen.

Sin embargo, un metaanálisis reciente parece concluir que son necesarios más estudios que evaluen el impacto negativo que la obesidad ejerce sobre las tasas de recién nacidos vivos y abortos espontáneos tras TRA.

“Además, las pacientes obesas tienen mayores posibilidades de complicaciones durante el embarazo como podría ser el desarrollo de diabetes gestacional, hipertensión, parto prematuro (…), así como durante el parto y postparto, cuando tienen una mayor incidencia de fetos macrosómicos, cesárea o riesgo de trombosis, entre otras”, alerta la Dra. Lobo.

Retos futuros y principales propuestas del documento

Entre las principales áreas de mejora y medidas propuestas por las seis sociedades científicas, se encuentran:

  • Las mujeres con obesidad grave mayores de 35 años deben ser priorizadas en las listas de espera de cirugía bariátrica. Especialmente, teniendo en cuenta que tras la intervención bariátrica lo recomendable es esperar mínimo un año antes de la búsqueda del embarazo. Cabe recordar que el impacto negativo de la edad de la mujer sobre la fertilidad a partir de los 38 años es mucho más acusado que el impacto de la obesidad.
  • El abordaje del sobrepeso u obesidad requiere de un enfoque multidisciplinar, de manera que los distintos profesionales de la salud consensúen el mejor tratamiento (para cada paciente). Médicos de familia, endocrinólogos, dietistas-nutricionistas, ginecólogos, entre otros especialistas, deben mantener una comunicación constante.
    Es necesario destinar recursos desde el Sistema Nacional de Salud (SNS) para la creación de estas unidades multidisciplinares, tanto a nivel hospitalario como de Atención Primaria. Actualmente estos programas interdisciplinares son escasos y los pacientes con menor grado de obesidad no tienen cabida.
  • Los beneficios, sobre la fertilidad, de la pérdida de peso mediante fármacos antiobesidad, han sido poco explorados. Solo se han evaluado en mujeres y la información disponible es reducida. Falta por determinar de manera precisa el momento de suspensión del tratamiento antes de la gestación y más análisis sobre posibles riesgos a la hora de concebir.
    También son necesarios estudios farmacoeconómicos, que determinen si el SNS podría financiar estos medicamentos antiobesidad. Sobre todo, teniendo en cuenta que se espera la aprobación de nuevos agentes con mayor potencia en cuanto a consecución de pérdida de peso
  • En términos generales, es necesario trabajar en reducir las listas de espera de las cirugías para tratar la obesidad. Aunque las consecuencias del sobrepeso u obesidad sobre la fertilidad masculina están menos establecidas, sí existe correlación, y se ha observado un efecto sinérgico negativo cuando los dos miembros de la pareja tienen obesidad.

Con la publicación de este documento las principales sociedades científicas han manifestado la necesidad de sensibilizar a la sociedad sobre los efectos negativos de la obesidad en la fertilidad. Es necesario ahondar en el escaso reconocimiento de su asociación y trabajar para aumentar la calidad de vida y expectativas reproductivas de las personas con obesidad.

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