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El 40% de los pacientes con infertilidad presenta síntomas depresivos

Según estudios científicos de psicología reproductiva, como los de Domínguez, 2010 y el de Crawford, Hoff, Mersereau, 2017, un diagnóstico de infertilidad implica un largo y costoso camino a nivel emocional, psicológico y económico. Se estima que algunas de estas casusas generan depresión o ansiedad en el 40% de los pacientes con problemas reproductivos. 

El grupo de interés de psicología de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) quiere alertar hoy, 13 de enero, en el día mundial de la lucha conta la depresión, sobre la prevalencia de la depresión en el área de la infertilidad y la importancia del acompañamiento psicológico de los pacientes desde el diagnóstico.

“Este tipo de paciente que refiere síntomas depresivos, en el transcurso de un tratamiento reproductivo, de inicio no tiene problemas de salud mental, pero tras un estrés sostenido en el tiempo, derivado de su condición de paciente infértil, puede acabar generándolos, por eso es importante hacer un seguimiento del mismo desde su primera visita a la clínica y valorar el apoyo emocional, según cada caso”, advierten desde el Grupo de Interés de Psicología de la SEF.

“La experiencia nos indica que los factores de riesgo a nivel emocional son aquellos relacionados con la experiencia de crisis vital, la baja percepción de apoyo y la limitación en su capacidad de control de la situación en muchos casos” añaden.

La edad de la mujer también puede ser un factor de riesgo
La edad avanzada de la mujer puede considerarse un factor de estrés psicosocial. Los especialistas en psicología reproductiva están de acuerdo en que a mayor edad, más presión siente la paciente por el entorno social, médico y por ella misma.

A este factor se suman otros como la exposición a la autocrítica o la vulnerabilidad al entorno y a las situaciones límite. 

Los factores protectores que mantienen a los pacientes alejados de los síntomas depresivos
Los factores protectores son aquellos que están relacionados con la autoeficacia percibida y las creencias de control, puesto que ambas implican autopercepción de competencia y capacidad para el cambio. Por su parte, el grado de fortaleza en la relación de pareja también es importante. Cuando una relación es robusta, las emociones se manejan con una mayor solvencia. 

Estos factores permiten acciones de planificación y ejecución de acciones orientadas a obtener su meta y, por otro lado, se desarrollan emociones relacionadas con la autoestima, tales como el orgullo  y esperanza (Moreno y Guerra, 2010). 

El optimismo, como la confianza en las soluciones médicas, las estrategias de afrontamiento aproximativo que activan recursos para potenciar que funcione el tratamiento o las de aceptación de la situación, son algunos de los factores más importantes.

La importancia del soporte psicológico
"Por lo tanto, dada la dificultad emocional que puede suponer pasar por un estudio de fertilidad y/o por un tratamiento de reproducción asistida, recomendamos visibilizar esta situación, tanto para que las personas dejen de percibir que solo les pasa a ellas, o se culpen por sentirse así, y derivar al profesional de la psicología de las unidades de reproducción asistida con el objetivo de dar soporte en las diferentes situaciones y mejorar el bienestar emocional de la persona o pareja" explican las especialistas.

El soporte psicológico pretende orientar y ayudar a gestionar las emociones que puedan surgir durante el proceso de reproducción asistida (ansiedad, tristeza, culpa, miedo, vergüenza, soledad, vulnerabilidad…) para disminuir el malestar emocional, y mejorar la capacidad de adaptación a las diferentes etapas del tratamiento. 

Durante la terapia también se abordan pautas de comunicación para favorecer el apoyo social ya que la reproducción se enmarca en el entorno más íntimo de las personas y a menudo no es fácil hablar de ello.  

Si se ha de recurrir a donación de gametos o embriones, por ejemplo, pueden surgir preguntas en referencia al origen, a la perpetuidad entendida como continuidad genética, y la importancia que ello pueda tener en las vidas de los padres, así como en la vida de los hijos, tanto en el momento actual de tomar la decisión como el día de mañana.

“La intervención psicológica debería facilitar un espacio confidencial y personalizado cuyo objetivo es una reflexión informada que tenga en cuenta, la técnica utilizada y la reacción emocional y psicológica, propia de este proceso”, concluyen las portavoces del grupo.
 

Bibliografía 

-Crawford N., Hoff,H., Mersereau, J. (2017). Infertile women who screen positive for depression are less likely to initiate fertility treatments. Human Reproduction, 32 (3), 582 5

-Domínguez, R. (2010). ¿Qué sabemos hoy sobre las relaciones entre estrés e infertilidad? Revista Médica Clínica Las Condes, 21(3), 463 468. 

-Flammer, A. (1992). Análisis evolutivo de las creencias de control. Rn: A. Bandura (ed), Autoeficacia: cómo afrontamos los cambios de la sociedad actual. Bilbao: DDB.

-Moreno, A, Guerra, D. (2020). Procesos emocionales en pacientes sometidos a técnicas de reproducción asistida. En:V. Giménez (Ed.), Manual de Intervención psicológica en reproducción asistida. Grupo de interés de Psicología. Sociedad Española de Fertilidad (pp 24-32). Barcelona: EdikaMed.

-Ozcon, M., y Baysac, B. (2006). Emotional distress of infertile women in Turkey. Clinical and Experimental Obstetrics and Gynecology, 33(1),44-46.

 

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