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Preservar la fertilidad mejora la calidad de vida a lo largo del tratamiento oncológico

La llegada de la vitrificación de ovocitos cambió por completo el pronóstico y la esperanza reproductiva de muchas mujeres. La preservación de la fertilidad es hoy una aliada en materia de fecundidad y fertilidad, que ha mejorado la calidad de vida de quienes han tomado la decisión de postergar la maternidad y de quiénes no han tenido otra opción, ante la enfermedad oncológica.

Aunque no siempre es posible hacerlo por motivos médicos, cada vez son más los hombres y mujeres que preservan su fertilidad antes de someterse a tratamientos agresivos como son la quimio o la radioterapia. Y aunque la finalidad es procurar la posibilidad de tener descendencia con sus gametos, “hay aspectos psicológicos que entran en juego en la preservación que mejoran la calidad de vida del paciente”, según Encarnación A. Hijano, psicóloga de la SEF.

El diagnóstico de cáncer engloba una complejidad que va más allá de los parámetros puramente biomédicos. “En este contexto, la preservación de la fertilidad no solo emerge como una estrategia biológica, sino también como un componente crítico en el bienestar psicológico y la superación personal de los pacientes recién diagnosticados” explica la experta.

Estudios contemporáneos en psicología oncológica han profundizado en la interrelación entre las decisiones vinculadas a la preservación de la fertilidad y el estado psicológico de los pacientes. Investigaciones recientes, como la llevada a cabo por Smith et al. (2021) y publicada en el Journal of Psychosocial Oncology, revelan que las mujeres que optaron por la preservación de la fertilidad experimentaron niveles superiores de adaptación psicológica y calidad de vida a lo largo del tratamiento oncológico.

La toma de decisiones informada, conforme demuestra el estudio de Matulonis et al. (2019) en la revista Cáncer, desempeña un rol central en la mitigación de la ansiedad y la depresión asociadas al proceso de preservación de la fertilidad. La disponibilidad de información detallada correlaciona positivamente
con una mejor salud mental durante y después del tratamiento.

El respaldo emocional durante la consideración de la preservación de la fertilidad también ha sido objeto de escrutinio científico. Greil et al. (2020), en su estudio longitudinal publicado en Fertility and Sterility, evidencian que aquellas mujeres que contaron con un sólido sistema de apoyo emocional manifestaron mejoras sostenidas en la calidad de vida y una mayor resiliencia psicológica.

La disciplina de la psicooncología, como revela la revisión sistemática de Turner et al. (2018) en Psycho, se postula como un componente fundamental en la atención integral de pacientes oncológicos. La intervención temprana de psicólogos especializados ha demostrado influir positivamente en la toma de decisiones informada y en la adaptación psicológica de los individuos frente al diagnóstico de cáncer.

“La preservación de la fertilidad en pacientes recién diagnosticados con cáncer no solo atiende a desarrollos científicos en medicina reproductiva, sino que también se apoya en la evidencia científica acumulada en el ámbito de la psicología oncológica y la superación personal”, añade Encarnación A. Hijano. “La toma de decisiones informada, el respaldo emocional y la integración de profesionales de la salud mental se erigen como pilares fundamentales para garantizar que este proceso no solo conserve la capacidad biológica, sino también fomente una recuperación integral y un bienestar psicológico sostenido”, concluye la psicóloga.

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